jueves, 2 de febrero de 2012

Yunia


Yunia salió riendo del vientre de su madre. Allí donde otros recién nacidos profieren espantosos chillidos y amargos llantos por ser desposeídos del calor del útero materno, Yunia emitió un sonoro gorjeo rayano en la carcajada y su diminuto rostro se iluminó en una amplia sonrisa. Zuleya, la que todo lo ve, que andaba atareada en recoger con jofainas de cobre la vida que se le escapaba a la recién parida entre las piernas, al oír reír a la niña profetizó:

- Se llamará Yunia, la sonrisa de Alá y tendrá el don de hacer feliz a quien a su lado se halle- y diciendo esto colocó a la niña en el pecho de Saiwa, su madre. – Puedes irte sin temor, pues tu hija ha sido bendecida por el todopoderoso- . Oyendo las palabras de la partera, el rostro de Saiwa se dulcificó, olvidados ya los sufrimientos del parto, y dejándose arrastrar por la oleada de sangre que bajaba por su vientre, dulcemente expiró.
De los pechos de Saiwa comenzó entonces a manar la mejor leche que haya dado hembra alguna, y cuentan que así estuvo durante nueve días con sus noches, sin que nadie fuera capaz de separar la boca de Yunia de los pezones de su madre, en cuyo cuerpo la muerte no había causado estrago alguno. Al décimo día, Yunia volvió a sonreír y suavemente se dejó levantar y envolver en blancos paños de lino, para que las mujeres de la casa pudieran amortajar y perfumar a la muerta.
En el lugar donde, cumpliendo los preceptos de Alá, yace enterrada Saiwa con la cabeza orientada a la meca, creció espontáneamente un almendro, de cuyos frutos gotea, todas las primaveras, un líquido blanco y extremadamente dulce, que Zuleya recoge para sus preparados curativos. A ese lugar, que todavía se conoce como Al-naman-Saiwa, la leche de Saiwa, acuden cada año los enamorados para que el zumo de las almendras haga sus uniones fértiles y duraderas y nunca les falte alimento para sus hijos.

3 comentarios:

  1. La historia me es familiar,muy familiar es aquel espíritu vagando por ese precioso Jerez de los Cabelleros,me encanta

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  2. Maravillosa historia, me gusta mucho como escribes, ya lo sabes. Mil besos, guapa.

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